5 de junio de 2023

Radio Republicana

POVERA PATRIA

Pobre patria.

Povera patriaFranco Battiato

En noviembre de 1991, cuando Franco Battiato publicaba su disco “Come un cammello in una grondaia” (Como un camello en un canalón), al que pertenece esta “Povera patria”, Italia vivía uno de los momentos más delicados de su historia reciente. La corrupción endémica que afectaba de forma notable tanto al Partido Socialista como a la Democracia Cristiana, las dos formaciones del arco parlamentario entonces hegemónicas, amenazaba con implosionar el sistema y con dejar al descubierto un entramado de corrupción, fraude, abuso de poder y financiación ilegal perpetuado durante décadas.

La administración central, las regionales, la banca y la gran industria, el mundo del deporte, los partidos políticos y los sindicatos, la mafia y la camorra, los medios de comunicación, la policía y el ejército e incluso el propio Vaticano, se habían convertido, en diferente medida, en piezas indispensables de lo que se conoció como Tangentopoli: El imperio del soborno. Las confesiones de los imputados en aquella maraña de corrupción llevaron ante la justicia a muchos capitostes de la escena política y del mundo empresarial. El balance final de la que se conoció como operación Manos Limpias se saldó con 1.233 condenas, 429 absoluciones, varios suicidios, algunas muertes bastante oscuras y un decreto “salvaladrones” que prácticamente amnistiaba casi todos los delitos relacionados con la corrupción.

Aquel escándalo sin precedentes acabó con el sistema de partidos nacido en 1945 tras la derrota de Mussolini y abrió la puerta del parlamento de Roma a la irrupción del nacional-populismo de Forza Italia y del neo-fascismo de la Liga Norte. Desde entonces, el PSI, la DC y el PCI no cesaron de sufrir escisiones, divisiones y de fragmentarse hasta, prácticamente, pasar a la irrelevancia.

A pesar de los intentos por parte de algunos periodistas independientes para esclarecer aquella trama, nunca estuvo muy claro quién estaba en la cumbre de la pirámide, qué omnipotentes instituciones dirigieron aquella maniobra ni cómo y porqué se destapó la caja de Pandora que puso patas arriba el escenario político italiano. Como se demostró años después, ni tan siquiera la propia fiscalía, que en teoría capitaneó la lucha contra los corruptos, tuvo, ni mucho menos, tantas manos limpias como se jactaron en publicitar, si no, más bien, un montón de togas sucias que se lavaron al amparo de una “omertá” digna del mejor cine negro. Y al final, paradójicamente, los más favorecidos por todo aquel maremágnum de denuncias y juzgados fueron personajes tan turbios como Silvio Berlusconi o Matteo Salvini, que con el tiempo han destacado como fervientes enemigos de la democracia y auténticos criminales de manual.

Unas cuantas décadas después de Tangentopoli, España está viviendo una situación que, si bien dista mucho de la acaecida en la Italia del principio de los 90, no deja de sorprender por algunas interesantes similitudes que más destacan cuanto más se profundiza en la responsabilidad que tienen algunos de los partidos nacidos del Régimen del 78, especialmente el Partido Popular, respecto a la perpetuación de la corrupción y los efectos que esta ha ha supuesto en el desarrollo político de nuestro país.

Quizás lo que más salta a la vista cuando se observa con calma el intrincado laberinto de corrupción protagonizado por la derecha española es el endogámico hilo conductor que la recorre y, sobre todo, la repetición “ad eternum” de las mismas familias, los mismos think tanks, las mismas cloacas y los mismos nombres y apellidos: vetustas sagas familiares y/o empresariales, opacas fundaciones o simples personajes que perduran a lo largo del tiempo, siempre presuntamente salpicados de corrupción, pero siempre a flote, gobierne quien gobierne y pase lo que pase.

Pero, ¿por qué será?, ¿cuál es la razón de tanta impunidad? Quizás tengamos que buscar la respuesta en la tan estrecha connivencia que sigue existiendo en este país entre la ideología que imperó durante 40 años y que nunca acabó de desaparecer, el franquismo, y los privilegios económicos con los que el poder siempre premió a los que apoyaron al régimen del 18 de julio.   

En estos días hemos visto como una nueva marca comercial de la ultraderecha ha venido a sumarse al conglomerado de nombres y siglas que afloran entre las filas de la rancia reacción patria. En esta ocasión el nombre elegido ha sido Unión 78 y, en teoría, su nacimiento se ha debido al afán de una vieja conocida de la retaguardia derechista, Rosa Díez, por salvar a España, una vez más, de su deriva social-comunista. La misma Rosa Díez que era acompañada por Mario Vargas Llosa, presidente de la Fundación Internacional para la Libertad, filial de Atlas Network, el día que presentó al público aquel partido de vida efímera llamado UPYD. La misma Rosa Díez que tras apostatar de su pasado en el PSOE fuera promocionada desde la fundación DENAES, liderada por Santiago Abascal. La misma Rosa Díez que junto con los nombres de José María Aznar y Felipe González, formaba parte de la troika propuesta por Macarena Olona para encabezar un gobierno de concertación nacional si se conseguía el desmantelamiento de la coalición PSOE-UP mediante una moción de censura protagonizada por VOX que siempre estuvo abocada al fracaso.

Unión 78, la oscura entidad que estos días convoca una movilización contra los posibles indultos a los líderes independentistas catalanes, que culminará con una concentración en la Plaza de Colón de Madrid el domingo 13 de este mes de junio, también cuenta en su cúpula dirigente con la presencia de otra agitadora de casta: María San Gil. La que siempre fue mano derecha de Aznar en Euskadi, que, a su vez, también forma parte de la Fundación Villacisneros y que, para colmo, hace años fue jefa directa de Santiago Abascal cuando aquel disfrutaba de un carguito en uno de los chiringuitos del PP. Esa María San Gil que, durante la época en la que Mariano Rajoy era presidente del gobierno, se convirtió en feroz enemiga del marianismo y comenzó a apoyar sin disimulo a VOX. Evidentemente, no se trata de ninguna casualidad que María San Gil, además de patrocinar Unión 78, también conste en la web de la fundación CIVISMO, protagonice charlas y seminarios para otras fundaciones de la red Atlas, como es el caso de FIL (el think tank favorito de Mauricio Macri) y de otras afines como la Fundación Villacisneros y, en definitiva, conste como importante figura dentro del staff de Atlas Network.

Todos los caminos de la ultraderecha mundial nos llevan hoy en día a Atlas Network. La marca omnipresente en cualquier iniciativa de libertaristas, ultracatólicos, conservadores radicales, anticomunistas militantes… Un holding que ofrece a sus acólitos vías de financiación, subvenciones y premios, mientras presume de contar con generosos donantes, entre los que se cuentan empresas petroleras (ExxonMobil), tabacaleras (Phillip Morris), y sobre todo el soporte económico incondicional de la familia Koch, punta de lanza mundial en el apoyo al negacionismo sobre el cambio climático y el calentamiento global y que destaca por muñir y financiar organizaciones ultraconservadoras y conocidos laboratorios de ideas del libertarismo, como son el Instituto Cato o la Heritage Foundation (ala derecha de los Republicanos en USA), quienes  junto con FAES se encargan de marcar las líneas que después reproducirán una tupida red de fundaciones con la intención de, básicamente, convertir en dogmas de fe principios económicos ultraliberales y antidemocráticos basados en la reducción de impuestos a los ricos a costa de bajar los sueldos de los pobres. Atlas Network es imprescindible para entender el actual espacio del ultraderechismo y de la internacional de odio promovida por Steve Bannon que, por cierto, cuenta con una inestimable cohorte de representantes en España, dedicados a construir el andamiaje de “fake news” y la propagación de odio imprescindibles para vehiculizar la estrategia del “nuevo orden mundial”.

Es inevitable que al hurgar en los entresijos de las guaridas de la agit-prop ultraderechista y, más en concreto, dentro de la muy española y mucho española fundación CIVISMO, comprobemos una vez más la interconexión de ciertos personajes que, como el rio Guadiana, aparecen y desaparecen dentro del ámbito del activismo de la derecha más reaccionaria: Siniestras figuras como Vanesa Vallejo, que colabora con VOX y con Gaceta.esVictor Santana, imprescindible mamporrero de  VOX en el Parlamento Europeo o Agustín Laje y Javier Villamor, presuntos periodistas que, además de colaborar también con el partido de Abascal, ejercen de portavoces de Hazte Oir, asociación española de extrema derecha,​​​​​ de corte ultracatólico y ultraconservador, fundada por Ignacio Arsuaga y vinculada con la asociación secreta paramilitar de origen mexicano, El Yunque.

En el caso concreto de Javier Villamor, conocido por su defensa a ultranza en la televisión de los obispos y en otros foros de similar catadura de las pseudoterapias que “curan” la homosexualidad, pero también por su lealtad a grupos neonazis como Hogar Social. A Javier Villamor se le suele ver asiduamente en actos de VOX y como comparsa en todo tipo de eventos de índole ultraderechista, en los que también acostumbra a coincidir con individuos de la catadura de Jano García, colaborador de El LiberalMarcial Cuquerella, exdirector de Intereconomía Televisión, presunto miembro de El Yunque y uno de los organizadores del acoso a la casa de Pablo Iglesias, o Javier Negre, cabeza visible de Estado de Alarma, el panfleto fascista desde el que se vierten los más retorcidos bulos contra todo lo que pueda oler a izquierda. Un aciago personaje que, además de ir acumulando denuncia tras denuncia por su uso sistemático del de la mentira contra izquierdistas, feministas, sindicalistas, etc, mantiene una excelente relación con Cristina Seguí, cofundadora de VOX, colaboradora de OkDiario y de Estado de Alarma, tristemente famosa por ser capaz de difundir crueles patrañas destinadas a generar odios desmedidos. Buen ejemplo de lo anterior fueron sus atroces comentarios sobre la voluntaria de Cruz Roja que hace pocas semanas fue filmada mientras atendía a uno de los miles de migrantes que entraron en Ceuta espoleados por la policía marroquí. Obviamente, no es casualidad que Cristina Seguí destaque también por los libelos que escribe contra el feminismo, y que suelen ser presentados en sedes y locales relacionados con la infraestructura global de Atlas Network.

Pero la lista de mamporreros que desde los medios y las RR.SS. ayudan a la siniestra internacional negra no acaba con estos nombres. Hay otros muchos que, amparados en unas tan falsa como endebles pátinas de demócratas, actúan como voceros del discurso del odio desde posiciones aparentemente más tibias, menos agresivas. Son nombres como el de Daniel Lacalle, uno de los economistas preferidos por Atlas Network y de Heritage Foundation, otrora protegido de Esperanza Aguirre y habitual comentarista en foros ultraliberales. El periodista Iker Jiménez, paradigma patrio de la telebasura paranormal; Wolverine, un youtuber dedicado a difundir bulos ultraderechistas, tan patriota que se dio a conocer cuando se refugió en Andorra para eludir pagar impuestos en España, David SantosHerman TerschMaría ClaverSpirimanEduardo IndaMelchor MirallesAna Rosa Quintana etc, etc… Activistas todos, en mayor o menor medida, que si hubiesen vivido en los años 30 del siglo pasado quizás no le hubiesen hecho ascos a practicar el saludo romano, usar las cachiporras, administrar curas de ricino, asistir a paseos al amanecer o frecuentar las tapias de los cementerios, pero que como han tenido la mala suerte de nacer con un considerable retraso histórico no cejan en rememorar aquellos “buenos viejos tiempos” con cada gramo del odio que destilan.

¡Pobre patria!, clamaba Battiato hace ya 30 años. ¡Pobre patria!, nos lamentamos hoy cuando vemos adonde está llevando a este país la espiral de odio y de crueldad que generan aquellos que no están dispuestos a perder ni un ápice de sus privilegios mientras puedan seguir pagando al ejército de mercenarios que, a base de bulos, trampas y “low fare” les ayuda a permanecer a la fresca sombra del poder. Cuanta desgracia supone el convivir a diario con tantos miles de personas que giran la cabeza evitando ver lo obvio, lo patente, lo insultante; que caminan cabizbajos porque solo son capaces de mirar sus propios ombligos. ¡Qué vergüenza da despertar cada mañana sabiéndose rodeado de indeseables, trileros y amorales! ¡Qué pena da el comprobar como hay tantos que insultan a la libertad cada vez que la nombran con sus quejas infantiles, sus egoístas deseos o sus irresponsables acciones!

Como decía Battiato: “Mientras tanto, la primavera tarda en llegar”.

(Mi más sincero agradecimiento a Julián Macías Tovar. Un auténtico periodista de raza que, aunque él no lo sabe, con sus datos y sus hilos me ayuda cada día desde sus cuentas de Twitter @JulianMaciasT y de Telegram t.me/PandemiaDigital a comprender mejor las intrincadas cloacas en las que hozan la mentira, el odio y la injusticia).

POVERA PATRIA

Povera patria
Schiacciata dagli abusi del potere
Di gente infame, che non sa cos’è il pudore,
Si credono potenti e gli va bene quello che fanno;
E tutto gli appartiene

Tra i governanti, quanti perfetti e inutili buffoni
Questo paese devastato dal dolore…
¿ma non vi danno un po’ di dispiacere
quei corpi in terra senza più calore?

Non cambierà, non cambierà,
no cambierà, forse cambierà.

Ma come scusare le iene negli stadi e quelle dei giornali?
Nel fango affonda lo stivale dei maiali.
Me ne vergogno un poco, e mi fa male
Vedere un uomo come un animale.

Non cambierà, non cambierà,
sì che cambierà, vedrai che cambierà
.

Voglio sperare che il mondo torni a quote più normali,
che possa contemplare il cielo e i Fiori,
che non si parli più di dittature
se avremo ancora un po’ da vivere
La primavera intanto tarda ad arrivare.

Letra y música: Franco Battiato. 1991

POBRE PATRIA

¡Pobre patria! Aplastada por los abusos del poder
de gente infame, que no conoce el pudor.
Se creen poderosos y les va bien lo que hacen;
y todo les pertenece.

Entre los gobernantes, ¡cuántos perfectos e inútiles bufones!
Este país está devastado por el dolor

pero, ¿no os dan un poco de pena
aquellos cuerpos en tierra sin ningún calor?

No cambiará, no cambiará,
no cambiará, quizá cambiará.

Pero, ¿cómo excusar a las hienas en los estadios y a los de la prensa?
En el fango se hunde la bota de los cerdos.
Me avergüenzo un poco, y me hace daño
ver a un hombre como a un animal.

No cambiará, no cambiará.
Sí que cambiará. Verás que cambiará.

Quiero esperar que el mundo vuelva a cotas más normales;
que se puedan contemplar el cielo y las flores,
que ya no hablemos más de dictaduras,
si aún nos queda un poco más de vida…
Mientras tanto, la primavera tarda en llegar.

Traducción libre: Liova37

Vía errepublikaplaza.wordpress.com

A %d blogueros les gusta esto: