
“La modélica democracia española sigue teniendo como su clave de bóveda lo que hizo el rey Juan Carlos aquella noche, que no fue más que ponerse el uniforme y decir a los suyos que volvieran a los cuarteles después de haber creado las condiciones para que todo aquello se produjera”.
Lo que me contó Sabino Fernández Campo
Artículo de Iñaki Anasagasti en El Periódico / 22 de febrero de 2013
“El rey habla con Armada: Alfonso, ¿qué pasa?, ¿qué han sido esos tiros? ¡Eso no estaba previsto!”
“Cuando entré en el despacho del rey me llevé la sorpresa de la noche, la sorpresa de mi vida. Allí se estaba brindando. Y eso me enfureció. Sin protocolos me dirigí al rey y le dije: ¿Está usted loco? Estamos al borde del precipicio y usted brindando con champán. ¿No se da cuenta de que la monarquía está en peligro? ¿No se da cuenta de que puede ser el final de su reinado? Una vez solos, el rey, tembloroso y casi llorando, me dijo: ¡Sabino, por favor, sálvame! ¡Salva a la monarquía!”
Anasagasti / ¡Esto es una bomba Sabino!
Sabino / Ya lo sé pero es la verdad.
Anasagasti / Esto cambia la Historia.
Sabino / Entre la Historia, la Monarquía, el Rey o la Verdad, prefiero quedarme con la Verdad. Es mi conciencia.
‘El 23F y los otros golpes de Estado de la transición’ (2021)
Roberto Muñoz Bolaños
“La Operación Golpe de Timón tuvo su origen en un almuerzo que Luis María Anson organizó el 10 de octubre de 1977 en la sede de la Agencia EFE que dirigía. Se sentaron a la mesa algunos de los miembros de la élite empresarial más importantes del momento: los empresarios Juan Miguel Villar Mir y Carlos Pérez de Bricio, el presidente del Banco Popular, Luis Valls Taberner, el presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, el presidente del Banco Urquijo, Jaime Carvajal, y Max Mazin, vicepresidente de la CEOE. El rey Juan Carlos estaba en conocimiento desde el primer momento de todas las operaciones que se pusieron en marcha por el grupo conservador con el objetivo de derribar a Suárez. La solución Armada fue una operación civil, diseñada por miembros de la élite económica y política conservadora con un componente militar subordinado. Anson insistía en que los líderes políticos votasen en el Parlamento en una situación de excepción sin que pareciese un golpe de Estado. El rey Juan Carlos no impidió que el proyecto de Armada se desarrollase”.
Vía mundoobrero.es
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