
En el mundo del juego de las loterías existen muchas historias cargadas de ficción, engaños, corrupción, o de ardientes imaginaciones.
Encontramos historias como la de los políticos españoles Carlos Fabra o Miguel Zerolo, quienes con una suerte inmensa ganaban y ganaban cuanto billete de lotería se compraran o que ellos decía que se habían comprado. La lotería es un mecanismo usado por alguna gente para lavar dineros, procedente de la corrupción, del narcotráfico y de otros hurtos y delitos, ante la dificultad para explicar súbita riquezas, con la historia de alguna herencia maravillosa, repentinamente recibida, de algún familiar lejano y desconocido, o de haberse encontrado un tesoro en el patio de la casa, pues, se recurre al viejo truco de la lotería ganada.
Pero cuando la lotería se gana una y otra y otra y muchas otras veces, pues la cosa empieza a ser sospechosa.
En los pueblos del Caribe abundan las historias de números de lotería ganadores que han aparecido en el buche de un pescado, en la pata de una rana, en la mirada de una virgen… y que han provocado oleadas de alegría para quienes creyeron y corrieron a comprar el número anunciado y de tristeza en los desconfiados y los incrédulos.
Esta semana hubo en Colombia una nueva historia de un número ganador extrañamente anunciado, y está relacionado con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien fuera detenido por compra de testigos y fraude procesal. Cosas triviales para él, delitos menores. El día miércoles, Uribe anunció mediante un tuit que su detención había quedado en firme y que le habían asignado un número, como se hace en todo el mundo con los presos, que se les asigna un número. Uribe contó en su trino que su número era el. 10 87, 9 85 Inmediatamente comenzaron los chistes, las burlas y los memes sobre el número del Uribe presidiario y mucha gente empezó a hacer bromas en las redes sociales y en las charlas, en los bares y en las calles de que era un buen número para la lotería, el baloto o el chance.
Pues señoras y señores, gente crédula o incrédula, la lotería del departamento del Valle, que jugó la misma noche del miércoles, tuvo como premio mayor el número diez, ochenta y siete, las cuatro primeras cifras del número del ilustre presidiario. Centenares de personas se repartieron un premio superior a dos mil millones de pesos. Medio millón de euros. Las conjeturas van y vienen. Qué se trata de una manipulación para convertir a Uribe en vida en un santo milagroso, como la gente convirtió a Pablo Escobar después de muerto en un santo que hacía milagros para otros. Señal de que la captura de Uribe le trae buena suerte al país. En fin, por muchas horas y días la polarización en Colombia se trasladó a un número de lotería y habrá historias y fábulas que se transmitirán de generación en generación.
Tenía el propósito antes de esta historia del número milagroso de Uribe, de contar la historia dolorosa de ocho niñas y niños que en forma cruel e inhumana fueron asesinados esta semana en el transcurso de 72 horas en tres diferentes regiones de Colombia y hablar de otros asesinatos en esta espiral de sangre, violencia y muerte que, como un fantasma maldito, recorre a toda Colombia. He preferido contar la alegría que para muchos hogares ha significado apostarle al número de presidiario, que está empezando a dejar de ser un hombre poderoso y casi sobrenatural, para ser sencillamente el preso número 10, 87, 9 85.
En una próxima entrega quizás traiga otra historia más, con diana alrededor de la detención de Uribe Vélez, quien podría llegar a convertirse, ojo, en el primer preso desahuciado de su sitio de reclusión. Adelanto. La hacienda “El Ubérrimo” 1506 tareas donde estar recluido Uribe ha sido incluida en una lista de propiedades de presunta acumulación irregular. Ya les contaremos.
Solo suenan timbres. La palabra que camina.
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