3 de junio de 2023

Radio Republicana

La X de la corrupción es Juan Carlos I

ANTONIO ROMERO RUÍZPresidente de Honor del PCA, ex parlamentario de IU y Coordinador de la Red de Municipios por la III República Seguir a @AntonioRomeroRu 

mundoobrero.es

Se veía venir. La ultra derecha y la derecha, jaleadas por los poderes fácticos en los despachos subvencionados y en sus lanzaderas mediáticas, se han agavillado contra el gobierno de coalición.

Lanzaron primero la idea del gobierno ilegítimo. Si calaba, intentaban un golpe de Estado institucional, pilotado por la monarquía de Felipe VI al que se llamaba una y otra vez a través de las plumas del golpismo mediático a ejercer su papel de jefe de las Fuerzas Armadas. ¡Este intento ha fracasado o está aplazado!

Ahora han pasado al discurso del gobierno criminal, porque el objetivo que persigue el discurso del odio es derrocar al gobierno para seguir manteniendo intactos sus privilegios. El control de las adjudicaciones de obra pública a través del BOE, el grifo de las subvenciones… Ahora con la disponibilidad de los fondos enviados por Europa para la reconstrucción del país después de la pandemia mundial, mostrando que la patronal española sigue acumulando su riqueza con fraudes, dinero negro, comisiones y, llegado el caso, ríos de sangre.

El discurso del gobierno criminal también se les ha roto. Las personas que han muerto en las residencias de la tercera edad lo han hecho fundamentalmente en Madrid y Barcelona, competencias cedidas a las comunidades autónomas y gestionadas por fondos buitre y empresarios corruptos. Al tiempo que el gobierno impulsaba los ERTEs, las ayudas a los autónomos y el Ingreso Mínimo Vital…

Ahora solo queda que los matones empiecen a cumplir la hoja de ruta, la de disparar a los objetivos señalados en la diana, es decir, salir de las galerías de tiro, como el ultraderechista de Málaga.

Hemos asistido en los últimos días a una agresión verbal a Monedero en Sanlúcar de Barrameda y a un ataque en manada a la ministra de trabajo Yolanda Díaz en Toledo. Llevada a cabo por cuadrillas de toreros y subalternos, algunos de ellos con la bandera de España marcando paquete y haciendo buena la tesis de Queipo de Llano de utilizar la violación como arma de guerra.

En unos momentos donde el régimen del 78 se cae a pedazos, llevándose por delante la monarquía, su institución estrella, llena de corrupción hasta las trancas. Juan Carlos I no solo ha sido denunciado por un policía corrupto como Villarejo y por una amante despechada como Corinna. Cuando un dedo señala la luna solo los tontos miran al dedo.

Es sangrante y doloroso que cuando España estaba sufriendo un aumento del hambre infantil, de la exclusión social y de las diferencias sociales, el rey emérito estuviese contando los billetes con una máquina en el palacio al regreso de sus viajes del Golfo con maletines llenos de dinero negro y corrupto.

Solo Felipe González, PP y Vox, así como el comodín de Cs, se debaten entre cerrar filas con la corrupción del rey Juan Carlos I o hacer un cordón sanitario con Felipe VI para salvarlo a él y a la Corona, es decir, que la separación del padre y del hijo sea una coma o un punto y aparte.

Cerrar filas junto al gobierno de coalición

Lo que no valoran los defensores del régimen del 78 es el tremendo impacto que se ha producido en la sociedad española al conocer la punta del iceberg del fango acumulado durante cuarenta años y la aparición del vértice de las comisiones de dinero negro de los fondos en paraísos fiscales manejados por el que es sin duda la X de la corrupción en España, el rey Juan Carlos I.

A las derechas y a los poderes fácticos se le han visto las cartas marcadas. Y pasan por tumbar al gobierno, haciendo fracasar los Presupuestos del Estado y quitando del medio a sus líderes más destacados. Canalizando todo su odio en Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, Enrique Santiago, Echenique, Alberto Garzón, Irene Montero…

Es en Pablo Iglesias en el que se concentra el odio cualitativo, que ha empujado a Pedro J. Ramírez a mancharse en el diario que dirige con la tinta de una viñeta en la que se ve a Pablo con el rostro desencajado y con una pistola en la boca y saliéndole el tiro por la coleta. Y es que las familias chics del barrio de Salamanca y los Borjamaris de turno llevan muy mal que el Coletas sea vicepresidente del gobierno.

Ahora lo que toca es que los votos de la investidura saquen adelante los Presupuestos Generales del Estado. Si no lo hacen, vuelven de nuevo al poder los que se han beneficiado y han sostenido el régimen monárquico del 78.

Los demócratas deben cerrar filas junto al gobierno de coalición. Y junto a las izquierdas superar de una vez esta especie de maldición bíblica que impide a España consolidar un buen andamiaje democrático que asiente su futuro como país en el respeto, la honestidad y la libertad.

Las izquierdas solo continuaran en el gobierno si salen los números en el Parlamento, es decir, si hay Presupuesto. A Esquerra Republicana y a EH-Bildu le va la vida en ello y espero que la inteligencia política de Otegi y Junqueras estén a la altura de lo que nos jugamos como país: ¡O democracia o el retorno al poder del fascismo!

Pedro Sánchez debe dejar claro a las derechas y a los felipistas del PSOE que ya no hay marcha atrás, ya no hay vuelta atrás, estamos navegando en alta mar, en medio de la tormenta y sabemos que nunca hay buen viento para el barco que no sabe a qué puerto se dirige.

Son muchos años de autoritarismo y represión, de una concepción de España gobernada y patrimonializada por chulos y señoritos a caballo.

En una España plural, honesta y democrática, encontraremos salidas justas a la cuestión vasca y catalana. ¡Así que hacia atrás ni un paso!

En el actual escenario aparece un nuevo sujeto político, el feminismo, que ha logrado presentar una enmienda a la totalidad al capitalismo y que ha llegado para quedarse. La alianza de la izquierda y del feminismo tiene un carácter estratégico porque parte de una raíz democrática entre iguales que combaten al fascismo y al machismo como dos caras de una misma moneda. El movimiento feminista en España debe ser reconocido y valorado como un movimiento integral y autónomo porque las derechas lo consideran tan peligroso para su sistema que lo culpan de todo, hasta de la pandemia. Si pudieran, suprimirían de todos los candelarios del mundo el 8 de marzo.

Salud y República.

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